Peregrinación a Soriano
Uno de los primeros momentos que compartí con la totalidad de la gente, fue el 13 de Marzo, durante la peregrinación al Santuario de la Virgen de los Dolores en Soriano, que es una tradición de mucho tiempo en esta zona.
La invitación surgió de un grupo de jovencitas con las que platicaba por las tardes de nombre y con las que compartía el tiempo libre después de la consulta.
Bety, Areli, Maye, Oli, Claudia, Mariana entre otras me hablaron de la peregrinación y de como la gente bajaba caminando entonando cánticos religiosos.
La cita fue a las 4 de la mañana para comenzar la caminata, tuve una consulta y ya había gente que empezaba a bajar, cabe mencionar que gente de las zonas mas altas como Fuenteño, Los Trigos y Ejido Patria bajan por el cerro y no por la carretera.
Así empezamos, me retrase un poco por la consulta pero me apresuré para alcanzar a las muchachas a la altura de las Crucitas, donde empezamos nuestra marcha tratando de alcanzar al contingente de 20 personas que iban como 3 km por delante de nosotros.
No había luz y hacia bastante frío. Alcanzamos al contingente en Nuevo Álamos y bajamos el Tecolote juntos. Íbamos bastante contentos, platicando, cantando los muchachos y al frente iba Benjamín Ledezma cargando el estandarte que representa a la Comunidad.
A la hora que estaba despuntando el alba fue cuando llegamos al crucero de Saucillo y seguimos rumbo a carbonera donde compramos algunas provisiones para seguir el camino. Ya para este momento se dejaba sentir el cansancio pues es un recorrido cuesta abajo en empedrado. Durante el descenso nos cruzamos con la gente de los Álamos pero nada más.
De Carbonera a Zamorano es un buen trecho y lo hicimos ya con el Sol subiendo en el horizonte lo que le agregaba mayor dificultad ya que empezó a quemar y hacer bastante calor, llegamos a Zamorano donde ya se habían congregado cientos de personas de las comunidades vecinas alrededor de las 9 de la mañana con los pies súper adoloridos y ya bastante cansados.
En el Zamorano nos detuvimos ya que la gente realiza allí una misa y se organiza para continuar, aproveche el tiempo para desayunar algo ligero pero energizante y platicar con la gente local.
En una hora la gente comenzó a organizarse en una columna que iniciaba en la entrada a la comunidad y terminaba más allá de los lindes de esta, cabe mencionar que el Zamorano es la comunidad más grande de la zona.
El Coyote estaba ubicado en el numero 20 y tantos y éramos de la retaguardia de la peregrinación, aquí en Zamorano se unieron al grupo la mayoría de la gente que incluyendo niños pequeños y gente mayor que habían hecho el descenso en autos y camionetas.
Esta fue la parte mas difícil porque ya el calor era abrumador y el camino esta mas gastado y hay hoyos difíciles de sortear, además de que la velocidad del paso se disminuyo y eran frecuentes las paradas y esperas largas, y a pesar de que es la comunidad mas cercana a Colón aun es un buen trecho yo le calculo que es mas o menos la mitad del camino.
Fue la mas difícil pero también la mas alegre, porque entre mas gente haya mas alboroto se arma y si en algo se distingue el Coyote es por la alegría de su gente, así que eso fue lo que amortiguó el dolor y el cansancio, además que la cercanía de la meta nos hacia mantener fuerzas.
Llegamos aproximadamente a la 1 de la tarde justo a la hora que empezó la misa que ya nos esperaba. Aproveche la tarde para pasear en los alrededores y visitar un poco la feria que ofrecía a los visitantes productos de lana, artesanías de barro, comida y artículos varios, después de comer y visitar los atractivos locales partimos de regreso.
Fue una experiencia única e irrepetible y una gran tradición para la gente de aquí.
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